Todo empezó en la calle de Gascón de Gotor 2, cuando un niño de seis años comenzó a conversar con una voz que salía por la chimenea. Los inquilinos, padres del niño que protagonizo la historia, hicieron publico el asombroso descubrimiento, y acudieron allí numerosos expertos para comprobar el fenómeno. Investigaron la chimenea del piso de abajo y también del piso superior para comprobar si desde ellas también se escuchaba el duende. Pero nada. Para asombro de todos, la voz sólo sonaba allí. Llamaban al duende y este contestaba, manteniendo largas conversaciones con unos y otros. Intervino la policía y no pudo averiguar el misterio, por lo que el duende de Zaragoza se hizo famoso.
Tuvieron que pasar muchos años para descubrir que todo fue obra de unos bromistas. Resulta que, por extrañas circunstancias de la construcción del edificio, una sola de las cocinas tenia comunicación directa con la que difundía la voz del duende. Allí residían unos jóvenes que rondaban de esta manera a la criada, como entonces se llamaban a las empleadas de hogar, que cuidaba al niño descubridor de las voces.
Marcos 4ºA
